miércoles, abril 23, 2008

Quiero vivir

- Lo siento, me dijo mirándome tristemente, y allí en ese momento, pude escuchar un crash en mi corazón.

Fin


Siempre me descubro pintando paisajes imaginarios, sonrisas y gestos de gente que solo existe en mi mente, a los que no logro darles vida. Ella, aún sin nombre, intenta salir de mi cerebro, se contrae y me exprime, me asalta en sueños...quiere vivir. Él, la ama desde ya, sabiendo que su suerte está echada, que no estarán juntos y que eso no cambiará.

Ella es alegre, no como la mayoría de los personajes que dan vueltas por ese ático polvoriento donde se alojan mis ideas, puede que sea inteligente o bella, aún su rostro no nace, sino que se encuentra guardado en el más profundo de mis secretos. ¿Será soñadora? ¿Idealista? No lo sé. Lo importante es que él la ama ¿de verdad es eso lo importante?...

Su cuerpo esbelto danza al compás de los latidos de mi corazón, su cabellera se ondea con mi respiración, su voz es mi voz, y mis pensamientos los suyos. Sus ojos negros son como las sombras de mis sueños, y sus manos huesudas no alcanzan a tocar el cielo. ¿Quieres vivir? ¿Por qué?

Quiere conocer a su amado, cuyo destino forjado está desde antes de conocerse, quiere amar y sentirse amada.

Sus sentimientos me corroen, y su desesperación atormenta mi alma y mi razón. Su deseo de amar es tan grande que me está matando de a poco. No puedo contener tantos sentimientos y simplemente, soy torpe con mis dedos, no puedo darle la vida que desea, ni a su historia el final que se merece.

Su amado la busca recorriendo los borradores de las macabras historias inventadas, y se aterra de verla sufrir, quiere protegerla, pero no tiene la fuerza ni el poder de cambiar su mundo de ocho y medio por once. Sabe que su vida no es más que una cuartilla, una hoja de maquinilla que terminará con un adiós, un crash en su corazón y un fin, y se aferra a vivir y a amarla.

Ella es alegre, no como la mayoría de los personajes que dan vueltas por ese ático polvoriento donde se alojan mis ideas…

- Lo siento, le dije mirándole tristemente, y allí en ese momento, pude escuchar un crash en su corazón.

Fin